Las multinacionales estadounidenses Amazon, Apple y Google anunciaron este miércoles que trabajarán conjuntamente para lograr un estándar que haga compatibles entre sí sus distintos dispositivos de tecnología para el hogar, basados en asistentes de voz.
Las tres grandes firmas tecnológicas colaborarán en el marco de la Alianza Zigbee, de la que también forman parte compañías como Ikea, Legrand, NXP Semiconductors, Resideo, Samsung SmartThings, Schneider Electric, Signify y Silicon Labs.
El objetivo es dar la vuelta a la tendencia actual en el mercado, por la que los fabricantes deben elegir qué asistente de voz lleva su producto (Alexa de Amazon, Siri de Apple o Google Assistant), lo que limita su potencial de ventas y crea problemas de compatibilidades a los consumidores.
El nuevo estándar para domótica se construirá sobre una misma dirección IP que deberá permitir comunicaciones "privadas y seguras" entre dispositivos inteligentes, aplicaciones para móviles y servicios de computación en nube.
"El proyecto quiere usar las contribuciones de tecnologías ya contrastadas en el mercado como las de Amazon, Apple, Google, la Alianza Zigbee y otros", indicaron las empresas.
Con la creación de un estándar común, estas compañías perderán exclusividad, pero a su vez garantizarán la penetración de sus asistentes de voz a cualquier dispositivo desarrollado por terceros, lo que, a la larga y según cómo evolucione el mercado, puede suponer una garantía de futuro.
Los asistentes virtuales han protagonizado varios titulares durante la segunda mitad del año desde que a principios de julio la prensa belga publicara que personas contratadas por Google estaban escuchando algunas de las interacciones que los usuarios mantienen con Google Assistant, y, a raíz de aquel caso, Amazon, Apple, Facebook y Microsoft reconocieron prácticas similares.
Se trata de prácticas que se vienen haciendo desde el mismo momento en que se pusieron en funcionamiento estos servicios y que son conocidas dentro del sector, pero que en muchas ocasiones no han sido comunicadas de forma precisa o transparente al público, lo que ha generado cierto ruido mediático por las publicaciones.
Las empresas lo justifican alegando que, pese a los avances en aprendizaje automatizado e inteligencia artificial, las máquinas siguen sin ser perfectas y por tanto necesitan que de vez en cuando seres humanos comprueben que están funcionando correctamente y contribuyan a posibles mejoras del sistema.