Se acercan las elecciones municipales y las estrategias destinadas a mantener a los militantes y simpatizantes, así como a atraer a los ciudadanos indecisos, han llegado a su conclusión.

En medio de la crisis sanitaria que mantenía a la población dominicana confinada o en estado de alerta, en marzo de 2020 se llevaron a cabo las elecciones que designaron a 3,849 autoridades del Distrito Nacional y 157 municipios, incluyendo los 235 distritos municipales correspondientes. A pesar de la ventaja del PLD en el gobierno, que utilizó importantes recursos financieros de los contribuyentes, el PRM, una organización política relativamente joven, logró obtener cerca del 43 % de los votos válidos, superando al PLD y sus aliados, que obtuvieron el 40.4%.

A pesar de las restricciones impuestas por la pandemia, 3.5 millones de dominicanos acudieron a las urnas de manera puntual y ordenada. Esto condujo a un resultado inesperado, donde el PRM obtuvo 81 alcaldías de un total de 158, así como 103 directores de los 235 puestos existentes, 508 regidores y 313 vocales. Aunque el PLD mantuvo una presencia significativa en otros cargos electivos, el PRM logró superarlo en la competencia por las alcaldías.

Este éxito del PRM en las elecciones municipales parecía anticipar lo que sucedería en las elecciones presidenciales posteriores. Con un PLD debilitado moralmente y un candidato presidencial decididamente inadecuado, la oposición logró una victoria en primera vuelta con el respaldo del 52.5 % de los votantes, aproximadamente 2.2 millones de ciudadanos.

Las próximas elecciones municipales podrían ser un reflejo de estos eventos pasados. El PLD enfrenta desafíos significativos, incluyendo los resonados y profusamente documentados escándalos de corrupción que involucran a prominentes miembros del partido, así como la pérdida de apoyo de antiguos militantes y simpatizantes que han emigrado hacia otras fuerzas políticas. Además, la elección de un candidato con limitada popularidad y la patente fragmentación interna del partido podrían influir en los resultados.

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Asimismo, el PRM enfrenta una serie de desafíos y factores que su liderazgo, a la luz de los próximos resultados municipales, no debería pasar por alto. Uno de estos desafíos es el evidente aumento del costo de vida y ciertas decisiones de política que parecen ser improvisadas o carecen de un fundamento técnico sólido. Muchos de los problemas estructurales y persistentes del país aún no han sido abordados con la determinación y eficacia política necesarias, y en ocasiones parece que el presidente cuenta únicamente con un puñado de colaboradores comprometidos con sus nobles intenciones de llevar a cabo reformas significativas.

Por otro lado, si bien el PRM ha logrado importantes avances políticos al exponer la corrupción del régimen anterior, incluyendo a miembros de la familia del expresidente Medina, cuya gestión llevó al país a un nivel sin precedentes de clientelismo político desenfrenado, carente de sensibilidad social y consideración alguna de los más vulnerables, el Ejecutivo ha mantenido una distancia prudente de las investigaciones sobre corrupción y sus resultados sorprendentes. Esto ha permitido al poder judicial operar con autonomía y tomar decisiones jurídicamente fundamentadas sin las burdas injerencias que caracterizaron de manera negativa la administración anterior.

El Partido Revolucionario Moderno (PRM) debería asegurarse de obtener una ventaja significativa sobre el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), la Fuerza del Pueblo (FP), el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y sus aliados en las elecciones ordinarias del 18 de febrero. Esto es crucial para demostrar ante los electores, especialmente los indecisos, unos resultados que puedan preverse con cierta certeza en las elecciones presidenciales.

Como indica el experimentado periodista Estarlin Taveras en un artículo reciente publicado en El Día, «una ventaja del PRM menor a 250,000 votos sobre la suma de los sufragios a nivel nacional obtenidos en conjunto por el PLD, FP y PRD podría ser un factor que afecte negativamente al gobierno en el poder».

Para el PRM es fundamental evitar una abstención electoral significativa en las elecciones municipales y, aún más importante, asegurarse de no obtener menos alcaldías que en el período anterior. El resultado de estas situaciones determinará si el partido podrá ganar las elecciones presidenciales en la primera vuelta o enfrentarse a un alto riesgo de perder el control del país en una segunda ronda electoral.

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