A la escritora dominicana Alexis Brunilda Márquez le hubiera encantado ser pariente de Gabriel García Márquez. ¿Y a quién no? Además de la coincidencia del apellido, le une a él la pasión por hacer literatura. Su Macondo es el campo dominicano, presente en buena parte de los relatos que conforman su libro La muñeca rota y otros cuentos sin hadas, publicado este año por el sello UME (Últimos Monstruos Editores) bajo la colección Más allá del espejo.
“Es difícil para mí enmarcar mis historias dentro de un género específico, pero dos de esos cuentos responden al realismo mágico en su tratamiento de la realidad y la magia. Son Las aventuras matutinas de Lili y El patio trasero. Y sí, estoy convencida de que el campo dominicano seguirá siendo fuente de inspiración en historias futuras”, nos cuenta la escritora, también autora de la novela Fuera de lugar (UME, 2017), y quien en la actualidad cursa un doctorado en Estudios Franceses en la Universidad Complutense de Madrid.
¿Qué piensas del mito de que para escribir novela por lo general se empieza escribiendo cuentos?
Estar de acuerdo con ese mito sería admitir que un género es superior al otro, y nada más alejado de la realidad. Cada uno tiene sus particularidades y complejidades. En mi caso escribí cuentos, luego una novela y luego más cuentos.
Y citando a Juan Bosch te diré que es más difícil escribir buenos cuentos que novelas; una novela puede construirse, un cuento no. La primera es extensa, el segundo es intenso.
En La muñeca rota y otros cuentos sin hadas, tu segundo libro y primera colección de relatos, mezclas el folclor dominicano con lo sobrenatural, que entra en el folk terror o terror rural. ¿Qué te lleva a incursionar en ese género?
No fue una decisión premeditada. Escribo sobre lo que despierta mi sensibilidad, yo no escojo mis historias, es a la inversa. Pero es cierto que luego de ver la colección en su conjunto me percaté de que varias historias tenían ese punto en común y de cómo disfruté al escribirlas, ya que los seres humanos desde siempre hemos proyectado nuestros miedos para vencerlos, ya sea dibujándolos en las cuevas o convirtiéndolos en leyendas y cuentos de camino.
¿Qué pretendes conseguir de tus lectores con esta colección?
Que viajen a través de mundos imaginarios con los que a la vez podrán identificarse, además de aprender sobre muchas tradiciones dominicanas que han ido quedando en desuso.
Antes del caos es tu primer y único cuento de ciencia ficción –hasta el momento– pero se adapta a la atmósfera de terror que sirve de hilo conductor al libro. ¿Qué te motivó a probar suerte en este género? ¿Por qué lo enviaste al concurso de la Fundación Democracia y Desarrollo (Funglode) sabiendo que no es el tipo de relato que se premia?
Me llama la atención la obsesión por la tecnología, tal vez porque nací en la generación intermedia (en la X tardía, antes de los primeros milenials) y puedo sopesar el antes y el después. El relato surgió de forma espontánea y se fue construyendo solo, ni siquiera sabía si estaba haciendo ficción especulativa u otro género. Lo envié al concurso de Funglode porque entendí que tenía una historia original muy propia de la época actual y pensé que eso se valoraría.
¿Le guardas especial cariño al cuento La muñeca rota por haber sido mención en el concurso de Funglode en 2009 o por ser el primer relato que escribiste?
Por ser mi primer relato siempre será especial y también por el hecho de que su validación en un concurso literario importante a escala local me incentivó y fue una especie de confirmación de que lo estaba haciendo bien.
¿Es acaso tu cuento favorito del libro?
No, mis relatos favoritos son Aquel vestido de lunares rojos y El patio trasero.
¿Te atreverías a llevar el terror rural a una novela?
Me encantaría explorar el tema desde las posibilidades que da una novela.
¿Te imaginas traduciendo tus cuentos a guion cinematográfico, ya sea para un corto o un largometraje de ficción?
Me gustaría mucho, ya que cada lenguaje aporta sus propias características que casi siempre enriquecen, pero siempre y cuando sea una realización con criterio.
Tus referentes en la literatura de terror que te han hecho amar más el género…
Los cuentos de Guy de Maupassant, Horacio Quiroga, Bram Stoker, Ambrose Bierce y Edgar Allan Poe. Las novelas Misery y The shinning de Stephen King.
¿Qué lees en la actualidad?
Novela francesa contemporánea sobre arte, de las que recomiendo Être ici est une splendeur. Vie de Paula M. Becker, de Marie Darrieussecq, y Charlotte, de David Foenkinos. Son el corpus de mi investigación doctoral sobre la concepción del arte en la ficción francesa contemporánea. Sus protagonistas son artistas.
El mundo editorial cambió con la llegada de las nuevas tecnologías; las redes sociales y los blogs permiten al autor interactuar con sus lectores. Hoy también es posible la autopublicación, una práctica vista con no muy buenos ojos. Los escritores se encuentran en una encrucijada ante la imposibilidad de llegar a una editorial que se ocupe de su obra. No todo lo que se autopublica es de dudosa calidad ni todo lo que publican las editoriales es excelente. ¿Qué opinas, tú que te has visto en ambos terrenos?
Lo ideal es que una editorial intervenga en el proceso. Las plataformas de autopublicación te dan la facilidad de “publicar” tu obra, pero, al menos en mi experiencia, debes encargarte de la corrección, edición y posterior promoción si no quieres que tu libro sea uno más. El apoyo de UME (Últimos Monstruos Editores), una joven editorial dominicana, ha sido primordial. Francisco Santos y Rodolfo Báez, ambos escritores y fundadores de este proyecto, han llenado una necesidad en la literatura dominicana contemporánea emergente.
Incursionaste en la poesía con unos versos dedicados a tu madre y resultaste finalista de un concurso. ¿Suerte de principiante o se trata de otro talento que cuando lo cultives te hará imparable? ¿Te ves publicando un libro de poemas?
No, no me veo haciendo poesía en el futuro, pero tampoco creo que haya sido suerte de principiante. El arte es una actividad humana capaz de producir y expresar cosas, es una necesidad visceral, algo que no se puede evitar. Si tu obra es honesta, si sale realmente de tu interior, por más aficionada que sea podrá igualarse a la del artista mas experimentado.
¿Qué crees de los talleres literarios?
Los talleres literarios son importantes para motivar a potenciales escritores y porque además enseñan técnicas de escritura necesarias dentro de la narrativa sobre todo. También permiten hacer contactos dentro del mundillo editorial. Pero el progreso de cada persona es algo individual, como pasa en otras organizaciones profesionales o intelectuales.
Pienso que no es necesario asistir a un taller literario para avanzar en la escritura si eres una persona automotivada y apasionada.
En un mundo tan visual como en el que vivimos, todavía hay lectores y potenciales lectores que juzgan un libro por su tapa. Volviendo a los libros autopublicados…, ¿qué pensaría el lector que ve la portada de tu novela publicada por Amazon y la versión que luego salió a la luz con la editorial UME?
La portada es una parte muy importante, en especial en un libro de ficción. En mi caso hay una gran diferencia en la portada de Fuera de lugar que usé del repertorio de Amazon y la que exhibe actualmente en su relanzamiento bajo la sombrilla de UME. Tanto en esa edición como en la colección de relatos La muñeca rota… trabajamos con un ilustrador que leyó el texto y tomó en cuenta lo que yo como escritora quería comunicar a los lectores. La recomendación es hacer el esfuerzo de trabajar con un ilustrador profesional para tu portada, aún si es autopublicación.
Algunos escritores le teman al vértigo que puede provocar la página en blanco, otros se desesperan por conseguir a toda costa el éxito del autor consagrado. ¿Te ha sucedido?
En mi caso no he experimentado ninguna de esas variables porque escribo por inspiración, con frenesí. Puedo pasar meses sin escribir una línea, pero eso no me estresa, tal vez porque disfruto tanto el proceso que a veces no pienso demasiado en el resultado.
Los escritores consagrados fueron desconocidos y principiantes en un momento. Hace poco me comentabas de una experiencia no muy halagüeña al acercarte a la Embajada de República Dominicana en Madrid con el fin de buscar apoyo para presentar tu libro.
Como escritora dominicana residente en Madrid en estos momentos, la primera puerta que pensé tocar a la hora de dar a conocer el libro, no solo a la comunidad dominicana sino a los españoles también, fue la embajada de mi país. Sin embargo, tropecé con un muro infranqueable. Resumiendo, me respondieron de forma muy poco diplomática que la presentación de libros no formaba parte de su programa, pero que en casos extraordinarios solo lo hacían con “escritores consagrados” y/o “con gente que nosotros conocemos”. Sin comentarios.