El Ministerio alemán de Alimentación inició una consulta a los consumidores para decidir sobre el futuro sistema de información acerca del contenido de azúcar, sal y grasa que llevarán los envases de alimentos, según supo la agencia dpa.
La consulta dará a elegir entre cuatro modelos diferentes y su resultados serán presentados en septiembre.
"El resultado será determinante para mí", señaló la ministra de Alimentación, Julia Klöckner. "Voy a presentar un proyecto de ordenanza que recomiende este tipo de clasificación de valores nutritivos", añadió.
La ministra agregó que expertos en investigación de consumo tienen la tarea de elaborar diversos formatos para garantizar que el futuro sistema ofrezca una buena orientación al consumidor.
Entre las cuatro propuestas se encuentra el sistema Nutri-Score, aplicado en Francia y favorecido por las asociaciones de protección al consumidor y por el Partido Socialdemócrata alemán (SPD), socio en la coalición del Gobierno de la canciller Angela Merkel.
Nutri-Score indica un solo valor de una escala de cinco niveles que va de verde oscuro a rojo. Este valor combina componentes recomendables tales como fibras o proteínas con el contenido de azúcar, grasa y sal del alimento en cuestión.
Los supermercados alemanes ya están ofreciendo productos cuyos envases muestran este tipo de clasificación.
Asimismo, se probará el modelo "keyhole", que proviene de Escandinavia y que lleva el dibujo de un orificio de cerradura en blanco sobre un fondo verde, lo cual indica que la evaluación de valores alimenticios del producto es positiva.
La encuesta incluye dos modelos que no han sido puestos en práctica hasta el momento: uno desarrollado por el Instituto de Investigaciones Max Rubner, que depende del Ministerio alemán, y un sistema de etiquetas propuesto por la asociación alemana de derecho alimentario BLL.
En un primer paso se prevé organizar debates en grupos de entre ocho y diez participantes en varias ciudades de Alemania, seguidos de un sondeo representativo.
Klöckner agregó que la legislación europea no permite introducir un sistema nacional vinculante, por lo que se está bastante lejos de contar con una clasificación que pueda ser aplicada en todo el continente.