En República Dominicana es común ver en cualquier esquina a personas que hacen señas con las manos para indicar (discretamente) que ofrecen operaciones de compra y venta de divisas. También es común ver locales debidamente identificados como “casa de cambio” o “agente de cambio” donde se realizan operaciones de compra y venta de moneda extranjera, especialmente dólares y euros.
Esas son las agencias de cambio, que deberían estar autorizadas a realizar operaciones de compra y venta de divisas, al igual que los bancos múltiples, asociaciones de ahorros y préstamos, bancos de ahorro y crédito, corporaciones de crédito y agencias de remesa y cambio. Todas bajo la regulación de la Superintendencia de Bancos (SB).
La Ley Monetaria y Financiera 183-02 establece que solamente los agentes de cambio y las entidades de intermediación financiera “autorizados” pueden realizar operaciones de intermediación cambiaria.
Para ser agente de cambio se necesita la constitución de una compañía por acciones de conformidad con las leyes de República Dominicana, cuya actividad exclusiva sea la intermediación cambiaria. Su operación debe ser autorizada por la Junta Monetaria del Banco Central y su regulación está a cargo de la SB.
Entonces, uno se pregunta: ¿todas las agencias de cambio que operan en el país cumplen con tales requisitos legales? ¿Están todas o la mayoría autorizadas por la Junta Monetaria?
La realidad es que no. Incluso, ¿sabe usted cuántas agencias de cambio están debidamente autorizadas y reguladas por la SB? Asómbrese. Apenas 35. Sí. Así como lo acaba de leer. Aunque usted ve en el ámbito nacional incuantificables cantidades de agencias de cambio, la realidad es que solo 35 están debidamente legalizadas.
Lo anterior indica que la Superintendencia de Bancos no parece llevar un control estricto de la operación de las agencias de cambio, cuya mayoría opera de manera ilegal en el país. A eso se agrega el hecho de que es muy posible que los volúmenes de dólares manejados por esas entidades que operan sin regulación sean muy superiores a los que reportan las 35 que sí están legalizadas.
Veamos: el Banco Central publica en su portal una relación de la cantidad de divisas que transan las entidades autorizadas. El año pasado, por ejemplo, las operaciones brutas de compra de divisas sumaron US$49,091 millones, de las cuales el 25.9% fueron realizadas por las agencias de cambio, es decir, US$12,731 millones.
En tanto que las operaciones brutas de ventas de divisas sumaron US$49,265.4 millones, de donde el 27% (US$13,334 millones) fueron a través de las agencias de cambio.
Pero resulta que esos son los volúmenes de divisas que las entidades reguladas les reportan a la SB y al Banco Central. Si se toma en cuenta que solo 35 agencias de cambio están debidamente registradas, entonces se asume que solo esas reportan cada día sus volúmenes de operaciones a la autoridad monetaria.
Las demás, que son la inmensa mayoría, no reportan sus operaciones y es seguro que tienen volúmenes de compra y venta de divisas muy mayores a los de las 35 agencias legales. Ahí puede que se explique una parte importante de las operaciones de lavado de dinero ilícito en la economía informal no legal.
Pero, además, está la competencia desleal que ejercen esas agencias de cambio que operan públicamente, sin ninguna sanción, ni supervisión, sin pagar impuestos, sin reportar sus operaciones diarias y sin que las autoridades las cierren; sobre las entidades que sí operan de manera legal, es decir, las 35 registradas, que, paradójicamente, son constantemente presionadas por las autoridades para que cumplan con los requisitos legales establecidos en el país.
¿Qué les parece? Las autoridades ejercen exigencias sobre las entidades que están legales para que cumplan con una serie de requisitos tediosos, costosos y burocráticos, mientras dejan a la libre y sin régimen de consecuencias a los dueños de aquellas que decidieron operar en la informalidad, a la vista del público y de los entes reguladores, que nada dicen ni hacen al respecto.
Y para determinar cuántas agencias de cambio operan de manera ilegal, basta con saber que sólo 35 están debidamente registradas y estrictamente reguladas por la Superintendencia de Bancos y el Banco Central.
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