El abogado Miguel Valerio aclaró este viernes que el mayor del Ejército Raúl Alejandro Girón Jiménez, imputado en la operación Coral, en su defensa material de anoche en vez de defenderse, procedió a acusar a los demás involucrados en el caso en lo que en derecho penal se llama “un arrepentido”.
En ese sentido, planteó que esa defensa material, la Suprema Corte de Justicia ha dicho en varias sentencias que no puede ser objeto de prueba, salvo que el caso haya sido declarado complejo y Girón pase a ser un testigo de la fiscalía.
“Yo entiendo que es una estrategia correcta de parte del Ministerio Público, porque hay uno que lo está ayudando en su acusación, y es muy difícil para la defensa cuando lo sorprende con esos temas, poder rebatirlo ahí mismo. Son de las situaciones más incomodas en un proceso penal”, argumentó el abogado al participar vía telefónica en El Gobierno de la Tarde.
Sobre que la audiencia sea televisada y cómo afecta a los imputados, expresó que es un tema de estrategia de los abogados, pero que entiende que no conviene la opinión pública hasta el momento donde “usted plenamente” pueda defenderse.
Aunque no se ha revelado si Girón tenía un acuerdo, Valerio considera que lo había, porque él no hubiese declarado todo lo que dijo “magnánimamente”, y que además, probablemente se le precisó que el Ministerio Público tiene la facultad de variar la medida de coerción, tal como lo hizo, al cambiarla de prisión a domiciliaria.
Recordó que es un expediente que apenas inicia, por lo que hay que esperar la acusación que si es evaluada, porque la medida de coerción lo que establece que es que tiene que haber una prueba mínima de vinculación de una persona con un hecho delictivo.