La Brigada de Salvamento Minero desplazada desde Asturias trabaja en el rescate de Julen | Foto: EFE/ Daniel Pérez
El rescate del niño de dos años que cayó a un pozo en la localidad de Totalán (Málaga, sur de España), el pasado 13 de enero, volvió a encallarse a menos de un metro de llegar al lugar donde se encuentra el pequeño, por la extrema dureza del terreno.
El grupo de mineros especialistas en rescates se toparon con una nueva zona de piedra dura y tuvieron que efectuar varias microvoladuras con explosivos para seguir avanzando, informó un portavoz de la Guardia Civil.
Fuera del área de trabajo, los padres, familiares y centenares de vecinos aguardan con tensa expectación las noticias sobre el rescate, del que toda España está pendiente a través de los medios de comunicación.
El pequeño Julen lleva doce días atrapado en un túnel de 25 centímetros de diámetro y 107 metros de longitud, perforado para realizar sondeos de agua.
Este rescate se considera el más complejo que se ha acometido en España, ya que decenas de máquinas, perforadoras y excavadoras han removido cerca de 83.000 metros cúbicos de tierra para excavar un pozo paralelo que llegue hasta el pequeño.