Con frecuencia, no diferenciamos correctamente al momento de asignar responsabilidades en relación con la tendencia a recurrir al endeudamiento externo, ya sea mediante la banca privada internacional, gobiernos extranjeros u organismos multilaterales. Sin embargo, al analizar las cifras oficiales, se pueden identificar claras diferencias en la manera en que se financian los gastos internos utilizando fondos externos.

Si iniciamos con la administración de un solo período constitucional de Hipólito Mejía (2000-2004) encontramos que la deuda pública consolidada aumentó en US$6,487.2 millones, siendo este el segundo menor incremento comparado con los presidentes posteriores. A continuación, durante los dos períodos de Leonel Fernández, la deuda pública consolidada tuvo dos incrementos significativos: US$4,565.7 millones en el primer período (2004-2008) y US$9,624.3 millones (210.8% del incremento en su primer mandato) en el segundo (2008-2012), con una variación total de US$14,190 millones. Podemos deducir entonces que Fernández en dos períodos consecutivos multiplicó por 2.2 la variación total de la deuda pública consolidada registrada en 2000-2004, promediando 7,095 millones por mandato.

Una diferencia clave es que el gobierno de Mejía estuvo marcado por una crisis bancaria de grandes proporciones, además de ejecutar una política económica que colocó al país al borde de una grave crisis económica y social. En contraste, los gobiernos de Fernández se enfocaron en la construcción de importantes obras de infraestructura, más allá de las críticas morales o cuestionamientos de carácter ético que se le puedan hacer.

Bajo la gestión de Danilo Medina (2012-2020) la deuda aumentó US$9,037.7 millones entre 2012-2016 y US$20,366.7 millones entre 2016-2020, resultando en un incremento total de US$29,404.4 millones durante sus dos mandatos (3.7 mil millones como promedio simple durante ocho años). Este es el mayor crecimiento en comparación con las dos gestiones anteriores. En lo que respecta a la primera gestión de gobierno del presidente Luis Abinader, hasta 2023, la deuda pública consolidada aumentó US$16,477 millones, es decir, 56.0% del incremento total registrado en la gestión Medina y 116.1% en el imputado a Fernández en sus dos gestiones consecutivas.

Por otro lado, en términos relativos, el indicador Deuda consolidada/PIB se corrió de 18.2% en el año 2000 a 46.9% en 2004; de 32.5% en 2005 a 41.3% en 2012; de 45.1 en 2013 a 69.1% en 2020, y finalmente, desde 2020 hasta junio de 2024, se colocó en 58.5%.

En el período analizado debemos mencionar no solo los incrementos absolutos del endeudamiento total, que entre 2000 y 2023 alcanzaron los 66.6 mil millones de USD, sino también los desembolsos que los contribuyentes han realizado para cubrir el creciente costo del servicio de la deuda acumulada. Entre 2012 y 2020, bajo la administración de Danilo Medina y su equipo cercano, los pagos por intereses, amortización de capital y comisiones sumaron 40.2 mil millones de USD, lo que representó el 66.2% del total desembolsado en el período 2012-2023. En comparación, entre 2021 y 2023, esos mismos pagos ascendieron a 20.6 mil millones de USD, lo que equivale al 33,8% del total contabilizado, de modo que en ese lapso de once años los desembolsos por servicio de la deuda alcanzaron 60.8 mil millones, esto es, 85.7% del total de la deuda pública consolidada publicada en 2023,

En resumen, el mayor incremento de la deuda consolidada se produjo durante la administración de Danilo Medina, con un aumento de US$29,404.4 millones. Aunque la gestión de Luis Abinader ha registrado un aumento considerable en un período más corto, este es relativamente menor en términos proporcionales. Por su parte, Leonel Fernández tuvo un incremento más moderado en comparación. Del mismo modo, entre 2012 y 2023, la administración Medina fue la que más pagos realizó a los acreedores del país,

Los elevados niveles de endeudamiento externo e interno, junto con los compromisos derivados del servicio de la deuda, podrían llevar al país a una situación que comprometa gravemente su capacidad de pago y estabilidad económica, especialmente considerando las características estructurales de la economía dominicana.

Z Digital no se hace responsable ni se identifica con las opiniones que sus colaboradores expresan a través de los trabajos y artículos publicados. Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción total o parcial de cualquier información gráfica, audiovisual o escrita por cualquier medio sin que se otorguen los créditos correspondientes a Z Digital como fuente.