Sigmund Freund, director ejecutivo de la Dirección General de Alianzas Público-Privadas | Foto: Yohan Castillo
El director ejecutivo de la Dirección General de Alianzas Público-Privadas, Sigmund Freund, admitió este lunes que no será una “tarea sencilla” rescindir el contrato de la Autopista del Nordeste debido a que está bien blindado, al punto de dejar al Gobierno en una posición en la que casi no tiene la posibilidad de revocarlo sin que el costo sea tan alto, que tendrá que poner sobre la mesa si vale la pena.
En ese sentido, dijo que lo que se ha estado haciendo en una comisión designada por el presidente Luis Abinader desde hace meses, es tratar de hacerle entender a la empresa concesionaria que le conviene sentarse a negociar con el Estado, porque es un contrato al que le faltan 18 años todavía.
En entrevista en El Gobierno de la Tarde, aclaró que la empresa que tiene la concesión no es la misma que fue beneficiaria del contrato, pues en la actualidad es el Grupo Argos, que aseguró tiene más que perder reputacionalmente en los mercados internacionales, porque no le conviene que se le conozca como una compañía que se está aprovechando de un contrato que “a todas luces es abusivo”.
No obstante, expresó la empresa concesionaria está dispuesta por primera vez hacer sacrificios, pero todavía no son los que el Gobierno entiende deben llevarse a cabo.
“Ahí hubo un vicio de origen. Uno de los temas es que se hizo un análisis de tráfico sumamente optimista, por decirlo de alguna manera, pues la compañía que realizó el estudio estableció que por esa autopista al término de tres años, luego de su terminación, iban a estar transitando unos 30 mil vehículos diarios”, recordó.
Sin embargo, explicó que hoy, 14 años después de la terminación de la obra, solamente transitan 7500 vehículos diarios, lo que quiere decir que hay un déficit de unos 22 mil, y esto provoca que se active inmediatamente el ingreso mínimo garantizado o “peaje sombra” que se estipuló en el contrato.
También reconoció que la operación y el costo de la obra es una de las más altas del mundo, y que la fiscalización de parte del Estado es ineficaz, porque no existe una auditoría constante.
Freund aseguró que se le va a buscar una solución a la Autopista del Nordeste, sea cual sea, porque hay una voluntad política.
Sobre la ley 47-20 de alianzas público-privadas
El director ejecutivo de la Dirección General de Alianzas Público-Privadas destacó el gran avance que representa la referida ley al establecer la obligatoriedad de una serie de elementos rigurosos, que provocará que proyectos como el de la Autopista del Nordeste sean mejor estudiados.
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Garantizó que un proyecto de este tipo estará ahora bajo la lupa de diversos sectores, porque la decisión al respecto no estará restringida a la Dirección General de Alianzas Público Privadas, sino a un consejo de ministros que incluye al Ministerio de la Presidencia, de Economía y de Hacienda, así como el director de Contrataciones Públicas y el consultor jurídico del Poder Ejecutivo.
Freund recordó que todos los aspectos que se requieren para un contrato de esta naturaleza, como una distribución de riesgos equitativa, transparencia en el proceso de selección, aplicación de metodología y análisis no se cumplieron.
Modelo de alianzas público-privadas
Sobre el modelo de alianzas público-privadas, expresó que contrario a otros países que la República ha tomado como referencia, el sector privado será el gran empujador de las alianzas, al menos al inicio, debido a que las instituciones del Estado no tienen la capacidad técnica ni el tiempo económico para hacerlo.
Al resaltar la idoneidad de las alianzas, el funcionario resaltó un estudio de Inglaterra que establece que el 90 % de las obras públicas ejecutadas por el modelo convencional sale más costosa que aquellas realizadas junto al sector privado, y que el tiempo de ejecución también es mayor.
