A propósito de los debates públicos generados en las últimas semanas en los que se ha visto envuelto nuestro admirado David Ortiz, me permito hacer algunas precisiones al respecto.

Pienso que el propio David Ortiz no está consciente de su grandeza, legado y trascendencia.

No logro asimilar como una figura de la estatura de David Ortiz pierda su tiempo en nimiedades y debates estériles que nada le suman a su figura y a su extraordinaria trayectoria deportiva que, sumado a su gran labor social y vocación de servicio, lo hacen merecedor de la admiración de millones de personas alrededor del mundo.

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Al margen de que lo que haya expresado David sea una realidad, la génesis de estas consideraciones radica en que éste no debe estar en un constante foco de controversias con figuras que no constituyen el paradigma y las cualidades que su extraordinaria figura representa.

Soy de opinión que figuras como David deben asumir posiciones, no obstante, reitero, lo que sostengo es que él no debe entrar en un debate estéril con ciertas figuras que, lejos de aportarle, reducen su estatura, legado, trascendencia y reputación bien ganada, gracias a su incuestionable talento e impecable trayectoria.

Sigo apostando al David Ortiz ejemplo e inspiración para la juventud, al referente de cómo superarse en base a trabajo constante, disciplina, ética, responsabilidad y que tiene una gran vocación de servicio y sensibilidad social.

Obviamente, reitero, David debe entender la dimensión de su figura y su legado, tener más tacto en cómo manejarse públicamente, saber el contexto en que ofrece declaraciones, en fin, estar consciente de que todo cuanto expresa será tema de análisis y debate, dada precisamente su bien ganada reputación y fama a nivel mundial.

Sigo apostando al David Ortiz que ha inspirado a millones de niños y jóvenes en todo el mundo, que le ha salvado la vida a miles de niños con enfermedades del corazón y que es un símbolo del dominicano que trasciende internacionalmente y que nos llena de orgullo a todos los que seguimos su extraordinaria carrera en el béisbol de Grandes Ligas.

¡Sigo apostando a ti Big Papi!