Recientemente, navegando en las historias (stories) de Instagram de las personas que sigo, veo una publicación de una joven que había adquirido una oferta a través de uno de los proveedores de ofertas famosos de nuestro país. Esta publicación contenía los enlaces para el canje de su adquisición que le había enviado dicho proveedor.

Yo, curioso y con fines de comprobar seguridad de la información, copio estos enlaces en mi navegador y tuve la opción de poder acceder a los códigos de canje para poder disfrutar de la oferta que había pagado la persona a la que sigo. Por supuesto, no lo hice. Le notifiqué del error que había cometido al publicar esto y de inmediato esta persona borró la historia de Instagram.

Otro día, viendo historias de WhatsApp, veo una publicación de una excompañera de estudios que estaba felicitando a su hija por su cumpleaños. En esta foto se podía apreciar claramente el logo del lugar de estudios de la niña. Haciendo una búsqueda en internet, obtuve los datos de la dirección del centro de estudios.

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Estas dos historias me hacen enfatizar lo fácil que es proveer información de nuestra vida personal a cualquiera de nuestros seguidores en las redes sociales. Como esta, existen muchas historias que no terminan en un final feliz. Como la de aquella pareja que se la pasaba publicando cuando se iba de vacaciones, pero un día al regresar su casa estaba vacía porque algún seguidor, malintencionado, había planeado el robo de todas sus pertenencias.

No estoy en contra de las redes sociales, al contrario, creo que es uno de los mejores inventos de estos tiempos. Sin embargo, te invito a tener cuidado. Empieza por hacerte las siguientes preguntas antes de realizar una publicación:.

• ¿Puede alguien malintencionado explotar esta publicación con fines de hacerme daño?
• ¿Expongo la vida de mis hijos u algún familiar?
• ¿Estoy publicando cuándo, dónde y duración de algún lugar que voy a visitar o de mis vacaciones?
• ¿Estoy publicando mi lugar de trabajo o la ubicación de mi hogar?
• ¿Conozco a mis seguidores?

Después que las redes sociales existen, nuestras acciones son públicas.