Por: Ignatius Ssuuna y Gioia Forster
Desde hace tiempo, empresarios y jeques conquistaron el fútbol inglés a golpe de talonario. Ruanda se sumó al grupo apenas unos días atrás: desde esta temporada, el Arsenal llevará el slogan "Visit Ruanda" ("Visita Ruanda") en la manga izquierda de su camiseta.
La operación, por la que el país africano pagó unos 34 millones de euros (38,7 millones de dólares) por tres temporadas, abrió desde luego un debate. Unos dicen que un país tan pobre no debería invertir tanto dinero en fútbol. Otros señalan a los críticos como neocolonialistas. Algunos lo ven más bien como una inteligente jugada de marketing.
La discusión no es fácil en un país que, con una importante recuperación económica pero un presidente cada vez más autoritario, muestra caras muy distintas.
Después del genocidio que en 1994 dejó más de 80.000 muetros, Ruanda recibió un notable impulso, en gran medida gracias al presidente Paul Kagame, que jugó un papel crucial para poner fin al conflicto y llegó al poder en el año 2000.
Así, la pobreza ha disminuido, la estabilidad política se restableció y la economía creció con fuerza. Pero a Ruanda todavía le queda un largo camino por recorrer. Según el Banco Mundial, cerca del 60 por ciento de los aproximadamente 12 millones de habitantes del país viven en la pobreza extrema, es decir con menos de 1,90 dólares al día.
Es por eso que Ruanda quiere impulsar el turismo, una de las mayores fuentes de ingresos del país. Los grandes parques nacionales del país no son todavía un atractivo para muchos turistas, pero eso cambiará pronto.
Actualmente, el turismo aporta 400 millones de dólares al año, y a partir de 2024 la cifra alcanzará los 800, según explica la oficina de desarrollo de Ruanda (Rwanda Development Board).
"Mientras más gane Ruanda con el turismo, más podremos invertir en nuestra población", explica Clare Akamanzi, jefe del organismo, que cree que así Ruanda podrá lentamente ser menos dependiente de las ayudas al desarrollo.
"Es una brillante estrategia de marketing", dice Tlali Taoana, experta en marketing y comunicación para África. La publicidad que Ruanda obtendrá por la popularidad mundial del Arsenal y la Premier League es insuperable, afirma.
En su opinión, además, Ruanda no solo se beneficiará por el turismo, sino también por la inversión extranjera y la imagen del país. "Muestra a Ruanda bajo una luz diferente", añade Taoana. Un país pobre no recibe dinero, pero lo da. Ruanda cambia las normas.
Pero, justamente, ¿puede dar dinero un país que recibe fondos para el desarrollo? Rwanda Development Board aclaró que los fondos para el patrocinio al Arsenal vendrán del turismo. Sin embargo, algunos políticos de los países donantes lanzan críticas.
Dar millones a un club de fútbol del país que envía fondos para el desarrollo es un "perfecto autogol para la ayuda al desarrollo", como criticó el parlamentario británico Andrew Brigden.
A eso se suma que el Arsenal es el club favorito de Kagame, quien se declaró como "fan" de los "gunners". El modernizador pragmático empuja el país hacia adelante, pero a medida que su poder se afianza, los derechos humanos, la libertad de prensa y de oposición son cada vez más limitados.
¿El acuerdo es en última instancia la decisión personal de un mandatario? De cualquier forma, la invitación a Ruanda, un país conocido principalmente por su cruel genocido, será vista por millones de aficionados en el mundo.