Abundan omisiones calculadas en las agendas de precandidatos y abundarán más aun en las de candidatos a cargos electivos en el 2020. Predominan y predominarán en planchas partidistas personas enriquecidas en la política, políticos financiados con dinero robado, testaferros de corporaciones, empresarios metidos a políticos y políticos a empresarios, narcos-empresarios o testaferros de ellos, corruptos impunes o en busca de impunidad…
Las elecciones venideras no serán propicias para precandidatos/os y candidatos/as sin dinero, decididos/as a no renunciar a la honestidad y a no aliarse a clanes corruptos.
La privatización y mercantilización de las postulaciones y sus elevados costos, la inversión en el negocio de la política y el mercado de las votaciones, han sido diseñadas para gente con grandes fortunas, asociadas a carteles legales e ilegales, al servicio de los tutumpotes del capitalismo gansterizado. Las excepciones, exitosas o no, solo habrán de confirmar la regla.
Entre quienes ambicionan la Presidencia de la República con posibilidades de competir por alcanzarla, los hay magnates del capital privado, políticos enriquecidos a base de corrupción y políticos profesionales financiados por corporaciones privadas o por capitales acumulado vía asociaciones delictivas estatales-privadas. También producto de ciertas mezcolanzas entre algunas de esas formulas.
De ahí que ni ellos ni sus partidos se refieran a la corruptela propia, solo existe la que se le puede atribuir al contendor. Los nombres de los 10 súper-ricos que se asumen como dueños del país, responsables en gran medida de la tragedia social y ambiental de la Nación, no llegan a sus labios a no ser para elogiarlos.
Las historias y el presente depredador y saqueador de Falcondo y Barrick no merecen su atención. Gold Quest, Uni Gold y Everton no constituyen amenazas contra las fuentes de agua y la vida misma de esta isla. Sus miradas no alcanzan a ver la crisis ambiental, mucho menos a sus responsables reunidos en las cámaras minera, forestal y americana de comercio y el Conep.
Neoliberalismo, recolonización, comida basura, latifundio, negocios privados en salud, seguridad social, pensiones y educación que degradan derechos fundamentales, parasitismo de las ARS Y AFP, usura bancaria y consorciados de Odebrecht… son invenciones de mentes delirantes no incluibles en sus agendas electoralistas.
Las mafias estatales-privadas de combustibles, importaciones de alimentos, construcción, fármacos, transporte, empresas eléctricas…tampoco caben en sus agendas. Los narco-generales son sus agentes de seguridad privada y los cuerpos policiales-militares carcomidos por la corrupción y el crimen son los garantes del sistema corrupto y colonizado que se empeñan en perpetuar, junto al Pentágono, CÍA, DEA y FBI.
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