Desde hace siete años se celebra el Día Mundial de la Radio el 13 de febrero, y esta fecha tiene su origen en el día en que se fundó la radio de las Naciones Unidas en 1946.
Tiene mucho sentido que se recuerden los días en que la radio era la reina de los medios más poderosos, por los cambios sociales en que estuvo involucrada, pero también para destacar la evolución que ha tenido y seguirá teniendo, pues la radio se transforma como el camaleón.
La radio nace formalmente en 1896 con la patente que inscribió Marconi y desde que se popularizara a principios del siglo pasado, se podía predecir que se convertiría en un medio masivo.
A partir de la década de los 60 la radio se volvió portátil, y en los 80 los grandes aparatos de doble casetera inundaron las calles en los hombros de adolescente y jóvenes, para luego dar paso a los Walkman, una caja cuadrada que cabía en una mano, y por lo regular se llevaban en los bolsillos o en estuches agregados a un cinturón. Este modelo fue superado en los 90 por el reproductor de CD portátil o Discman, del que también se vendieron millones ejemplares.
Con estas dos innovaciones comenzó el cambio más significativo de la radio, pasó de ser un aparato que unía a familias, vecinos y amigos en momentos especiales del día, para convertirse en un instrumento portátil que podía llevarse en un bolsillo mientras caminabas o hacías ejercicios: La radio se volvió individual.
Con la digitalización de la música, principalmente, cambiaron los formatos hacia una radio hablada y cantada, pero con menos recursos de producción. Sin embargo, con el auge de la internet estamos asistiendo a un resurgimiento de la radio a otros niveles.
No sólo hablamos de los podcasts, que son gigantescos bancos de programas radiales que se pueden consumir a la carta y sin necesidad de encontrarse a través de las ondas herzianas, desde diversas plataformas que se vuelven cada vez más populares, además hablamos de los nichos de audiencia que buscan saciar sus necesidades consumiendo este tipo de radio según sus temas de interés.
También se puede plantear la posibilidad de una radio desde una plataforma que inicialmente se diseñó para lo audiovisual, como YouTube. Con las características de la radio en vivo, que se proyecta con imágenes y con chats en línea, con comentarios que permiten al oyente convertirse en productor/consumidor a una misma vez.
Es decir, la radio sigue teniendo la misma intencionalidad, los soportes radiofónicos han cambiado (radio hertziana, radio en internet o Streaming, radio por YouTube y Podcast), pero lo que también es cierto es que tiene nuevos desafíos para comprender y adaptarse a las nuevas narrativas sonoras.
Estas nuevas narrativas para la radio dependen del lenguaje propio de internet, que inicialmente se ha desarrollado como una historia que se desplaza hacia múltiples plataformas de difusión, a lo que se le ha denominado cross media. Mientras tanto, la narrativa transmedia se basa en el desarrollo de espacios de participación de la audiencia, que interviene activamente en la expansión de la historia hacia diferentes medios y con diversos mensajes.
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La transradio rompe con el modelo de producción unidireccional y ofrece una nueva oferta integradora con el oyente, al que en este nuevo escenario se le nombra como prosumidor, y puede decidir qué contenidos integrar y cómo se comunicarán las audiencias, en una nueva narrativa que ya no es continua como en la radio tradicional, sino que se realiza desde distintos puntos del planeta. Guardando las distancias del idioma.
Según lo ha descrito María del Pilar Martínez, una estudiosa del tema: Para la radio es necesario reinventarse, ese sigue siendo el desafío. Al fin de cuentas, las historias son siempre transmedias, susceptibles de ser contadas con diversidad de técnicas, puntos de vista y plataformas, pero la radio tiene que encontrar la mejor forma de contarlas.
Por toda esta evolución es que la radio seguirá con su música por dentro, como dirían en algunas de sus reflexiones los miembros de la Asociación Latinoamericana de Radios Educativas, ALER.
En República Dominicana debemos seguir avanzando en esta línea, por un lado, tendríamos que recuperar el paisaje sonoro de nuestra cultura, porque hasta el momento no existe una referencia gerencial desde el Estado que los recupere (Ver: Cultura, Educación, Indotel…). Por otro lado, podríamos comenzar a organizar bienales de radio, que permitan a los jóvenes construir esta nueva narrativa y la tornen más atractiva, por la creatividad que implica este tipo de producciones.
Limitarnos a aplaudir y celebrar los festejos por el día Mundial de la Radio, puede que no sea suficiente, más bien serìa oportuno para pasar a la acción.
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